
"Si observas cualquier buena fotografía de moda fuera de contexto, te dirá tanto sobre lo que ocurre en el mundo como un titular de The New York Times”, declaraba " nuclear Wintour" en una de sus escasas entrevistas, concedida a un periódico español en Octubre de dos mil seis. Respondía así a los rumores acerca del posible giro político en la línea editorial de su revista. Pero ella no se moja más allá de lo que toca, solo rompe su tirantez facial y su sequía expresiva, su inmutabilidad agresiva, frente a aquellos que tratan de trivializar la moda. “A los políticos la moda les suele poner tremendamente nerviosos, porque les parece frívola. No quieren parecer demasiado elitistas, atolondrados o lo que sea. Y, francamente, me irrita muchísimo, porque es un sector enorme en cualquier país, y tengo la sensación de que los políticos deberían aceptarlo, en lugar de apartarse de él...", decía en referencia al mismo tema en otra entrevista.

Nacida en Londres de madre inglesa y padre norteamericano, bebió de fuentes periodísticas desde bien pequeña ya que su progenitor era director del periódico Evening Standard. A los 16 años decidió dejar la escuela y apuntarse a un cursillo de moda en Harrod’s pero enseguida se dio cuenta de que no estaba hecha para aprender de otros sino que ella, había nacido mandar. “O sabes de moda o no sabes”, fue una de sus primeras frases sentenciadoras y axioma en su carrera profesional.

Anna no se dedica a la moda. Ella, es la moda. La mano de Wintour en Vogue se notó desde el principio, no solo por la disciplina y el marcado carácter que imprimió entre bambalinas sino por su sello personal en portadas, reportajes y entrevistas. Desde su desembarco en la edición norteamericana, allá por 1988, tras su paso por la edición británica en el 86, así como por house & garden (a la que se empezó a denominar house & gartment a causa de la reincidente adicción de la Wintour a incluir trajes de alta costura en reportajes gráficos sobre gardenias, petunias, lilas o mimosas), harper's bazaar (de la que la echaron apenas un año después de llegar), viva o New york, la dama de hierro, que ya había echo sus pinitos en estados unidos, se lanza definitivamente a la conquista de las americas (aunque su pensar permanece fuertamente ligado a las islas británicas).

Y al otro lado del charco hay que se más comercial pero sin dejar nunca de lado la intransigencia chic. Anna busca su máxima y la encuentra. Destrona a las modelos más cotizadas en favor de las actrices y ensalza a fotógrafos y estilistas al mismo nivel que éstas , sus musas. A pesar de su actual y probado espíritu poco democratizador en el mundo de la moda, fue de las primeras en apostar por la mezcla de piezas de alta gama y precios inalcanzables con prendas de calle y masivas. Da en el clavo porque vogue usa se coloca en el número uno y con ello, Annita, se convierte en una de las mujeres más poderosas de la industria. En la más pérfida y vil. En toda una perraca de alto standing con una clarividencia sobrehumana y un juicio obstinado e inquebrantable .

La incomodidad es su estela, y su mano es celestial. Todos temen al lobo feroz, pero Anna tiene su propia ética, aunque se la tilde de elitista, ambiciosa, déspota, e inhumanamente perfeccionista, aunque se hable de ella como de una dirigente bárbara, despiadada y cruel. Sí, ha vetado reportajes de actualidad porqué la gente que aparecía en ellos no era lo suficientemente guapa, hizo adelgazar diez kilos a Oprah, el tótem de los tótems, la madre naturaleza del entertainment business, para poder acaparar una de sus portadas, y mandó a paseo a Armani cuando esté amenazó con dejar de publicitarse si no le prestaban más atención en sus páginas. Es muy delgada la línea entre genialidad y estupidez. Lo mismo que entre timidez y gélida distancia. Pero la Wintour no se contiene al mostrarle al mundo que reside en las páginas de la revista que dirige y nos invita, con más genio que figura, a ser partícipes de su modus vivendi. A sus 57 años, la hija del magnate y la filántropa, tiene La voz y El voto en el panorama de la moda, del que ha hecho su pequeño gran monopolio.
(de: thegirlthegoldwatchandeverything.blogspot.com)
SAVE ANNA